

Como la vida misma. Ahí está el churumbel (segundo en la línea sucesoria de los Ureña-Ramos) pasando dos momentos antagónicos. Dolor, pupa, contra deleite. Se que la foto de la pupa me va a traer quebraderos de cabeza y ya veremos si alguna denuncia de grupo pro no-dejís-sólas-a-las-criaturas-en-la-cocina, pero tenía que ponerla.
Tranquilo que yo no pienso denunciarte ¡faltaria más...! algún coscorrón supone el deleitarnos con tu arte culinario tan refinado y esquisito...
ResponderEliminarvaya ostia se había metido el colega...
ResponderEliminarVivan las migacas!!!